Colecciona momentos inolvidables

Los bienes son para aquellos que saben disfrutarlos”

Epicuro

Las posesiones materiales nos brindan placer y nos dan acceso a experiencias agradables. Sin embargo, la satisfacción que nos da el mero hecho de poseer algo es parcial y efímera. Como muestra la tendencia cada vez más agudizada hacia el consumismo, la sensación de poseer nos lleva a comprar una y otra vez para tratar de repetir ese sentido de satisfacción fugaz que trae consigo el consumo. La dependencia que hemos llegado a experimentar con respecto a lo material sólo ha creado en nosotros una sensación de inseguridad: “soy lo que poseo”, y si no poseo mucho, entonces me siento inseguro, falto de poder e inferior. Cualquier posesión material que esté exenta de nuestro disfrute y nuestra capacidad para crear una vivencia positiva pierde toda substancia.coins-361488_1280

La mera sensación de tener un objeto no se compara con la capacidad para saborear las experiencias positivas que se derivan de su uso. El acto de comprar un CD por mucho tiempo buscado me brinda menor placer que la sensación de revivir una experiencia positiva que ya tuve, derivada de la música, de sentir emociones nuevas, o de imaginar escenas creadas en mi mente, motivadas por los arreglos musicales.

Dicen que el placer de un objeto nuevo es tan transitorio como su olor a nuevo y que en la memoria, sobre todo la sensorial, lo vivido permanecerá hasta el fin de nuestras vidas.

El gozo que nos da una vivencia, por ejemplo de un viaje, queda impreso en la memoria. Es a través de la acción que nos convertimos en parte la experiencia, tenemos una participación activa en lo que estamos viviendo. En el caso de un viaje, una reunión con los amigos o asistir a un concierto, estamos en contacto con lo que nos rodea y con los demás. La conexión que logramos con nuestro entorno y con las personas con quienes lo compartimos es invaluable, y el disfrute más duradero y memorable que el hecho de comprar la última versión de un teléfono inteligente.

Los placeres sencillos de la vida: un café acompañado de una grata charla con un amigo, el sol que aparece después de una tarde de lluvia, el placer de ser recibido por amigos después de un largo viaje, no tienen precio. Y ninguno de ellos se vincula a una posesión material.

Creo que la clave es participar, crear, no sólo ver o poseer. Hacer de cada momento una experiencia inolvidable, almacenarla en la memoria, para después revivirla. Esto es participar, “ser parte de”.

Gasta en actividades más que en objetos materiales: invita a un amigo a cenar, toma un masaje relajante, llama a esa amiga que vive en otra ciudad, asiste a esa obra de teatro o concierto que tanto anhelas.

hand-339606_1280Poseer cosas y vivir nuevas y alentadoras experiencias no tienen por qué excluirse mutuamente, al contrario, pueden complementarse.

Se trata de gozar con lo que nuestra economía nos permite adquirir, sin caer en el consumismo, y hacer algo para obtener la mayor cantidad posible de vivencias positivas a partir de ellos.

Parece obvio, pero te sorprenderías de lo común que resulta “comprar sólo por comprar”.

Así que la próxima vez que adquieras, digamos un libro, asegúrate de disfrutarlo al máximo y darte el tiempo para hacerlo.

De esta forma, estarás creando un momento nuevo y agradable con aquello que compraste. Es más, posteriormente comparte con tus amigos las sensaciones, imágenes o emociones que experimentaste y continúa creando momentos inolvidables para todos.♦

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