Vive con mayor conciencia

«Hay que dirigir la mirada menos hacia lo saturado y más hacia los espacios en blanco, los silencios, lo llano, lo liso, lo natural, lo disponible… en pocas palabras: ir hacia lo simple»

Constantemente recibimos información del entorno. Si hace frío o está nublado, sabemos que debemos cubrirnos para estar bien. Si la gente saluda de cierta manera en el lugar donde nos encontramos, aprendemos por imitación cómo hay que saludar para integrarnos al lugar. Todo lo que nos rodea, la gente, las situaciones, incluso nuestras acciones y nuestros procesos corporaleComo simplificar tu vidas internos nos retroalimentan con datos que es bueno tomar en cuenta.

Las personas por medio de sus comentarios, nos gusten o no, nos pueden ayudar a darnos cuenta de actitudes que tenemos y que resultan desagradables a los demás o que nos dañan. Muchas veces necesitamos de ese “espejeo” que hacen los demás mediante sus comentarios acerca de nuestras decisiones y acciones. En sí, lo que otros nos ayudan a ver nos ayuda a percibir lo que se encuentra en nuestros puntos ciegos.

No estoy diciendo que tengamos que hacer lo que los demás quieren o nos señalan, porque eso implicaría perder nuestra individualidad. No, lo importante es escuchar, tomar en cuenta la opinión ajena, decidir si tienen razón y entonces elegir cómo queremos actuar.

Otra forma en que las personas nos retroalimentan es por medio de sus gestos. Un profesor y un terapeuta, por ejemplo, pueden con facilidad identificar en la actitud corporal y gestual, cuál es la reacción que tienen quienes están frente a ellos.

Las situaciones en que nos encontramos nos ayudan a actuar apropiadamente, a reconocer quién está al mando, por ejemplo, y cuál es el momento adecuado para hacer algo. Las mujeres saben bien que, después de hacer el amor, es un buen momento para pedir cualquier cosa a su compañero. En otros contextos, si vemos que alguien está pasando por una situación difícil con el jefe, sabemos que debemos tomar precauciones para no terminar en las mismas circunstancias que nuestro colega. Ya lo dice el dicho: “si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.

El resultado obtenido a partir de nuestras acciones, si lo observamos y sabemos aprovechar, puede ser una valiosa fuente de información que nos muestra el mejor camino a seguir. Por ejemplo, el universitario pronto aprende que si deja el trabajo semestral para el último momento, lo pasará mal y enfrentará las consecuencias. En otra situación, si queremos reclamarles a los miembros de la familia que no mantienen la casa limpia o que no respetan nuestro espacio, y lo hacemos por medio de gritos histéricos y ofendiéndolos, es probable que dañemos la relación y pronto suframos las consecuencias de nuestros actos.

Quiero aclarar que no es que esté mal defender nuestro espacio o nuestros derechos, pero la manera en que lo hacemos determina el resultado. Así es como nuestras acciones nos retroalimentan y nos muestran las formas que funcionan mejor.

Nuestro cuerpo también nos habla, nos manda señales de lo que está bien y lo que no es bueno para uno. Las personas con una gran intuición hacen caso a lo que su organismo les dice y lo usan como guía para actuar en su propio beneficio. Una sensación desagradable, acompañada de un pensamiento de que “algo no está del todo bien”, puede salvarnos de entregar dinero a un embaucador, si tan solo la escuchamos. El cuerpo, por medio de la enfermedad, nos dice que hay que poner atención a algunos hábitos, que hay que evitar cierto tipo de alimentos.

Mantenernos atentos a lo que las personas, las situaciones, nuestra acciones y el cuerpo nos dicen es un excelente guía para nuestra vida. Una forma de desarrollar esa atención es por medio de la conciencia, algo tan sencillo como usar nuestros sentidos y sensibilizarnos para así tener una mayor recepción a todo lo que acontece de la piel hacia afuera y de la piel hacia adentro.paisaje

Las prácticas como la meditación, el yoga o el masaje, ayudan a desarrollar la conciencia. Además de éstas, hay muchas prácticas cotidianas que te pueden servir para estar más atento. Entre ellas están: poner atención a tu respiración en varios momentos del día; tomarte e tiempo para disfrutar de cada bocado al comer; percibir y disfrutar del perfume de las flores al pasar por la florería; si estás alterado, cerrar tus ojos y sólo sentir lo que sucede en tu interior; al vestirte, sentir el roce de la ropa sobre tu piel; escuchar los pájaros que cantan por la mañana o al atardecer.

Sensibilizarte y desarrollar tu conciencia tienen la ventaja adicional de que incrementas tu capacidad para disfrutar las cosas, situaciones, personas y lo que haces en la vida. ¿Qué estás esperando para comenzar a vivir más en contacto contigo mismo y con lo que te rodea?♣

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Un comentario en “Vive con mayor conciencia

  1. La cotidianeidad te hace olvidarte de eso, pero cuando lo retomas es maravilloso disfrutar todo simple k es espectacular como los paisajes de la cuidad

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